La toma de la posición de Santa Quiteria
Informe urgente al Comisario General de Guerra
Es de absoluta necesidad tomar medidas rápidamente
después de lo ocurrido ayer en la toma de Santa
Quiteria (Sector de Tardienta), gravísimo a juicio
de este Comisario, por lo que lógica y necesariamente
ha de reflejarse en la moral de nuestras fuerzas.
En operación admirable, se había
iniciado la toma de Santa Quiteria, fortificada y artillada
extraordinariamente por los facciosos, que percatados
del gran valor estratégico de esta posición
y en el espacio de varios meses, se dedicaron a hacerla
casi inexpugnable.
Se desarrollaba la operación victoriosamente,
hasta el punto de haber caído en nuestro poder
la famosa ermita que da nombre al cerro, así como
abundante material de guerra (cañones, ametralladoras,
fusiles y prisioneros).
Ya casi finalizada la operación, dispuestos nuestros
hombres a consolidar y fortificar nuestras nuevas líneas,
la aviación facciosa hizo su aparición.
Un reducido número de aparatos, cazas casi todos
ellos, se colocó encima de nuestras fuerzas, a
las que ametralló terriblemente por espacio de
más de TRES HORAS. Bajas y más bajas, hasta
sobrepasar con mucho el millar.
A las llamadas apremiantes de las fuerzas leales en acción
no se respondió con el envío de nuestros
aparatos. Impunemente la aviación enemiga deshizo
nuestro núcleo atacante que, sin defensa, cayó
bajo el fuego de las ametralladoras de los cazas enemigos,
sin dejarnos un solo hombre.
Entre el millar muy corrido de víctimas
han muerto dos de los mejores hombres de la División
“Luis Jubert”, Manuel Martínez y Antonio
Izquierdo, Comisario Político el primero y Teniente
de Artillería el segundo, que mandaban las fuerzas
que de esta División había desplazado a
ese Sector en refuerzo de las que operaban por
la parte de Tardienta-Huesca, precisamente para la operación
sobre “Santa Quiteria”, que se realizó
brillantísimamente con inigualable arrojo y con
el final trágico que tengo el gran dolor de dar
cuenta a ese Comisariado General.
Más de un millar de bajas, más la
pérdida de las posiciones tan difícil y
magníficamente conquistadas, debido a la impunidad
con que pudo desenvolverse la aviación enemiga.
Ni un solo aparato leal se le opuso. Fueron inútiles
todas las apelaciones hechas para que acudiesen
nuestros cazas, que a las cinco de la tarde, hora en que
la aviación facciosa nos hacía esa horrorosa
carnicería, evolucionaban sobre nuestra retaguardia,
mientras por espacio de más de tres horas eran
ametrallados nuestros hombres, deshechas materialmente
nuestras columnas.
Preveo consecuencias gravísimas, que entiendo tengo
obligación de advertir al Comisariado General.
Lo sucedido ha indignado justamente hasta el máximo
a las Divisiones “Luis Jubert”, “Durruti”
y “Ascaso”, que sospechan en esto maniobras
de tipo político contra ellas. Y además,
la desmoralización de nuestras fuerzas ante el
golpe durísimo recibido y ante el abandono por
parte de nuestra aviación.
He estado en contacto con los jefes de la División
“Luis Jubert” y están francamente indignados
y consternados a la vez, y me temo la adopción
por su parte de medidas extremas que redundarían
en consecuencias graves.
Entiendo es apremiante la toma de disposiciones, en relación
con nuestra aviación, de manera urgente, para salir
del paso de la gravedad que las reseñadas circunstancias
han producido y pueden seguir produciendo.
Esta noche se reunen los jefes de las Divisiones “Luis
Jubert”, “Durruti” y “Ascaso”.
Sospecho que de esta reunión pueda derivarse consecuencias
graves en perjuicio de los frentes de guerra.
Siempre atento a cuanto pueda suceder, seguiré
informando al respecto.
Caspe,
14 de Abril de 1937.
El Comisario Inspector de Guerra.
R. García Melero. (Rubricado).
Leave a Reply